Estrategias
Design thinking y CI, un blend ideal para el trabajo colaborativo
Si la Comunicación Interna (CI) es tu pasión –o si estás incursionando en este campo– ¡el design thinking va a encantarte! Acá te cuento por qué.
Por @Carolina Laumann
Socia directora de Entendimiento - Comunicaciones Significativas
¿Cómo es esto? En pocas palabras, el design thinking es una metodología para abordar un desafío o idear un producto o una solución innovadora a un problema complejo en una organización. Puede ser un problema que tal vez se intentó resolver en varias oportunidades, pero sin éxito.
Un problema complejo (o un problema retorcido o maldito –wicked problem, como lo acuñaron en 1973 Horst Rittel y Melvin M. Webber–), y mucho más si está vinculado con un proceso de transformación o cambio de la cultura organizacional, requiere de altas dosis de creatividad colectiva e innovación –Flechazo al #2–; pero no sólo en la solución en sí misma, sino también en el proceso de diseño de esa solución, en los actores involucrados en dicho proceso y en la cabeza… –¡perdón!– en el mindset requerido para lograr el éxito.
Desde los inicios del design thinking, cuando el diseño migra desde lo estético a lo funcional a principios de siglo, la metodología se destaca porque tiene en su ADN la hermosa obsesión por poner a las personas en el centro (cosa que a los apasionados de la CI nos encanta) –Flechazo al #3–. Entonces, comienza a ganar más terreno, visibilidad y adeptos, a partir del artículo de Tim Brown, fundador y CEO de IDEO (www.ideo.com– 2008, Harvard Business Review).
¿Cómo es esto? El design thinking propone un proceso colaborativo (amamos lo colaborativo! – Flechazo al #4–), no lineal, que puede volver sobre sus pasos y en el que, con cada ciclo o iteración a través de sus cinco etapas, el equipo de diseñadores busca:
- Entender en profundidad la necesidad o requerimiento del destinatario de la solución (etapa empatía);
- Establecer en una oración el desafío en cuestión (definición);
- Generar todas las ideas y posibilidades de solución (ideación);
- Materializar esas ideas a través de maquetas, esquemas, bocetos, etc. (prototipado);
- Y, finalmente, pedir a los usuarios referentes probar las ideas (testeo).
Luego, pasamos a instancias de implementación o volvemos a una etapa del proceso para ajustes. Díganme si “empatizar", “definir", “idear", “prototipar" y “testear" no huele, transpira y emana comunicación? –Flechazo al #5–.
En el proceso, la metodología propone dar rienda suelta, aunque ordenada y por momentos creativamente caótica, a los equipos de diseñadores; éstos, con la guía de un facilitador, se valen de un sinfín de herramientas, una más creativa que la otra y, a la vez, cercanas y humanas, para idear una solución innovadora. La premisa es poner foco en el costado humano del problema, entender al usuario/cliente/destinatario de la solución, escuchar y hacer las preguntas correctas, discutir y consensuar, animarse y arriesgar ideas locas, prototipar y probar capitalizando el error para, finalmente, juntos cocrear la solución (¡ya perdí la cuenta de Flechazo al #!).
Bonus track de Flechazo al #:
1) Los equipos de diseñadores están conformados por los propios colaboradores que integran las diversas áreas de las organizaciones que buscan idear una solución al problema en cuestión. Ellos son convocados y voluntariamente se suman al desafío. Es decir, las organizaciones apelan al conocimiento y capital interno. El grado de compromiso que esto genera y la mejora espontánea en las relaciones y en la comunicación inter-áreas es materia para otro artículo, pero seguramente se lo imaginan.
2) El facilitador no tiene –ni debe tener– la solución al problema. Su rol es asegurar el espacio y las condiciones necesarias para destrabar la creatividad, contribuir a generar confianza y ayudar a que se generen conversaciones de calidad.
3) Breve acotación sobre el mindset: es indispensable contar con el aval de un sponsor de mucho coraje y mente abierta, que entienda el espíritu del design thinking y acompañe el proceso, que genere el espacio adecuado, brinde confianza al equipo de diseñadores y se comprometa con la implementación de la solución encontrada.
Y vos ¿escuchaste, conocés o participaste de algún proceso o espacio de design thinking? Te hace sentido el blend comunicación interna y design thinking? Te imaginás diseñando la comunicación interna deseada en una organización?
Te leemos ¡Contamos tu experiencia!